dogs days are over.

Hace días que quiero contaros un par de cosillas que últimamente pasan por  mi mente, pero no encontraba el tiempo ni la inspiración necesaria.

Desde hace un par de años que vivo en Barcelona, una ciudad que me enamora y odio a la misma vez. Siempre he vivido en un pueblo, pequeño, en que como mas hijo de puta seas, mas fácil lo tendrás todo. Yo, sinceramente, paso. Me da igual que la gente hable, porque como más hablan mas envidia tienen. Me considero fuerte, se aprovechar los buenos momentos, y de eso os quería hablar, de un momento que tuve a finales de junio.

Tenia pensado salir a cenar fuera con mi pareja, y estuve toda la tarde terminando de hacerme una falda, para poder ponérmela por la noche y sorprenderle con algo diferente, ese día tenia ganas de sentirme guapa, de comerme el mundo. Finalmente cenamos a la Tagliatella, ya que los dos nos apetecía mucho carpaccio y el de allí nos gusta, cenamos con total tranquilidad, y yo le dije “Tengo ganas de ver el mar, de sentir como el viento juega con mi pelo”, así que es lo que hicimos, cogimos la moto dirección al Hotel Vela. Al llegar allí nos pusimos a la playa, y yo en un arrebato de locura se me antojo bañarme, me daba igual que hubiera estado toda la tarde cosiendo y poniéndome mil cosas para estar guapa, solo quería ese momento, bañarme con quien quiero a mi lado con ropa y jugar después como niños pequeños. Y lo hice, me tire al agua con ropa, la gente nos miraba i debía pensar que estábamos locos, o que íbamos muy borrachos.

Ninguna de las dos cosas, simplemente aprovechamos los momentos, y lo vivimos como si grabáramos nuestra propia película.

Con esto os quería decir algo, algo sencillo. Vividlo y disfrutarlo, vivid cada momento como si fuera mágico, no importa como vais, ni si se es más delgada o mas guapa. Los momentos mágicos están para despeinarse, tirar los tacones por la ventana y sonreír.

 mery p.